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EXCLUSIVA: EL ACTOR DAVID HENRIE Y MARIA CAHILL ANUNCIAN SU BODA
La estrella que triunfó en Magos de Waverly Place de Disney junto a Selena Gomez, conoció a Maria Cahill durante una conferencia a la que ambos asistían y fue un auténtico flechazo. Nos encanta el pullover hoodie de David que hace resaltar el color de sus ojos enamorados, de la firma que es tendencia en Hollywood, Eight Field of Freedom.
EXCLUSIVA: EL ACTOR DAVID HENRIE Y MARIA CAHILL ANUNCIAN SU BODA
David, aquí con un "total look" de Eight Field of Freedom, continúa trabajando en Hollywood. Pronto le veremos interpretando a un joven Reagan en la pequeña pantalla. Maria fue Miss Delaware y en la actualidad es maestra en una escuela de California.
EXCLUSIVA: EL ACTOR DAVID HENRIE Y MARIA CAHILL ANUNCIAN SU BODA
No te pierdas el inolvidable relato del autor de "Catch" al contarnos al detalle como planeó el mágico día de la entrega del anillo a su futura esposa, que incluyó un helicóptero, una isla, una ermita y volar a los seis hermanos de la novia y a sus padres. ¡Y todo sorpresa! ¡Enhorabuena, David y Maria! Gracias por vuestro cariño y confianza,y por anunciar vuestro compromiso en exclusiva al Blog de Los Angeles. ¡Sed muy felices!
Cuando conocí a DAVID HENRIE ya era una superestrella de Disney gracias a Los Magos de Waverly Place. Aquella serie le hizo mundialmente famoso entre los más jóvenes, junto a sus compañeros de reparto Gregg Sulkin y Selena Gómez, con quien llegó a tener un pequeño romance que se transformaría en una bonita amistad vigente hasta el día de hoy. Cuando David Henrie creció, llegó el momento de abandonar ese horno de talento infantil llamado Disney para entrar a formar parte de lo que se conoce en Los Angeles como el young Hollywood. Después de ser parte del elenco de How I Met Your Mother, David Henrie ha participado en películas como Grown Ups 2, Mall Cop 2 y Little Boy, y pronto le veremos interpretar en televisión a un joven Reagan, en la serie que acaba de rodarse sobre la vida del presidente de Estados Unidos.
En medio de toda esa vorágine profesional, el polifacético artista escribe y produce sus propios proyectos, con la inquietud de inspirar a los jóvenes a que construyan un mundo mejor para todos. Así nació su primer corto Catch, a cuyo estreno privado tuve la suerte asistir. Fue un día que nunca podré olvidar… No sólo por la emoción del momento, sino por el número de cervezas que me tomé en el after party… En fin, bromas aparte, no hay nada como cuando a una celebridad de su categoría y talento, se le ocurre aunar talento, alma y corazón: los resultados son maravillosamente imprevisibles.
Nuestro protagonista de hoy se asoma al Blog De Los Ángeles para contarnos en exclusiva un secreto a voces que nada tiene que ver con su carrera profesional: ¡DAVID HENRIE SE CASA! Ha encontrado a su media naranja, se llama María Cahill y ya están oficialmente comprometidos. La preciosa pareja prepara su boda para el mes de abril y no pueden estar más enamorados, más alegres y más felices. Pero dejemos que sea David el que nos de la noticia y, aún mejor, nos comparta el increíble día de ensueño que preparó como sorpresa para darle a María Cahill su anillo de compromiso. Aviso a las fans: ¡saquen sus pañuelos, que se van a emocionar!
– David, ¿cómo os conocisteis?
– Coincidimos los dos en una conferencia en la que ella era una de las ponentes.
– ¿Te gustó desde el primer instante?
– ¡Sí! Era tan buena oradora, se expresaba tan bien, ¡y era tan guapa! No sabía cómo acercarme a hablar con ella, cómo romper el hielo. Cuando me pongo nervioso, puedo ser muy patoso. Así que me di cuenta de que tenía frío y se me ocurrió ofrecerle mi suéter. Pero no fue a más, yo tenía que irme a firmar unos autógrafos, así que nos separamos y ya no volví a verla… Me moría por averiguar su número de teléfono, recordé que teníamos un amigo en común y le llamé para que me lo diera. Me dijo: sorry amigo, pero tiene novio. Fue un jarro de agua fría… No iba a meterme por medio de otra relación, eso está claro. Pensé entonces que no era para mí… La maravillosa sorpresa fue que dos horas más tarde, mi amigo me llamó: “perdón que me he equivocado, no tiene novio, así que toma su teléfono por si quieres llamarle”. Feliz, le mandé un texto inmediatamente y así fue cómo empezó la conversación más simpática y entretenida que había tenido nunca por texto. Era rapidísima, tenía mucho sentido del humor, inteligente, con mucha chispa y además, ¡pillaba mis chistes! Desde el minuto uno, me di cuenta que teníamos muchísimas cosas en común, muchos gustos afines…
– ¿Y cómo avanzó el asunto?
– Un par de semanas más tarde de empezar nuestras conversaciones por mensajitos, mi tía me dijo: “David, ¡llámale! En mis tiempos no había textos, así que teníamos que hablar como personas normales. ¡Sé un hombre, toma la iniciativa y llámale de una vez”! Pensé que tenía razón, así que le eché valor y la llamé por facetime, de ese modo también podríamos vernos. Ella contestó y tuvimos una conversación maravillosa y divertida. En aquel momento, María estaba viviendo temporalmente en Nueva York y le dije que en un mes iba a asistir a un evento allí y que, si ella quería, podríamos vernos. Ya en Nueva York, le invite a acompañarnos a cenar al restaurante donde yo estaba ya con mi padre y otros amigos cenando.
– ¿Cómo recuerdas la primera vez que volviste a verla?
– Recuerdo perfectamente el instante en que entró en el restaurante: Iba vestida con una chaqueta grande y un precioso chal liado al cuello. Yo estaba sentado al final de mi mesa y, de los nervios que me dieron, me quedé paralizado. Había estado soñando tanto con que llegara ese momento que, de pronto, ahí estaba ella y yo me puse nerviosísimo. Pero en cuanto empezamos a hablar, toda la confianza, la familiaridad que había nacido entre nosotros, volvió. Ahí estaba su sentido del humor y, una vez más, se rió de mis chistes… Pensé, ¡es guapísima! Sus ojos me tenían hipnotizado. Todo lo que yo había soñado que fuera ese encuentro, no sólo lo fue sino que además fue mucho mejor de lo que nunca podría haber imaginado.
– ¿Qué fue lo que más te gustó de ella?
– En algún momento le pregunté… ¿Cómo te ves en el futuro a largo plazo? ¿A qué te gustaría dedicarte en la vida? ¿Cuáles son tus ambiciones? Y me dio una respuesta muy poderosa, algo que me enseñó la pureza de su corazón. Me confesó: “¿Sabes algo? Yo lo único que siempre he querido es ser mamá”. Y le contesté: “Pues sin duda ese es el trabajo más importante del planeta”. Me pareció una respuesta muy dulce y algo que siempre escuché en casa. La mayor ilusión de mi madre era ser mamá a tiempo completo con sus hijos y ha sido una madre maravillosa para nosotros y la quiero con locura. María me recordó esa clase de amor y, obviamente, me tocó el corazón. –Piensa un rato y añade-: Somos muy afortunados de habernos conocido… Tenemos la misma base, las mismas creencias, la misma moral… Venimos ambos de dos familias estupendas que nos han enseñado que hay que amar a todos incondicionalmente y que la familia es lo primero. Y los dos venimos de familias numerosas, María tiene siete hermanos, al igual que mi madre.
– ¿Recuerdas el instante en que te diste cuenta de que te habías enamorado?
– Mmm… ¿¡Cada vez que la veía!? -exclama muerto de risa-. Pero deja que piense… Sí, hubo un momento en que todo cambió. Cuando empezamos dating era a distancia: ella vivía en Delaware, yo aquí… Llevar una relación a distancia era difícil. Entonces, sin saberlo nosotros, un amigo mío llevó su curriculum a una escuela aquí en L.A.. De la nada, María recibió una llamada de un colegio ofreciéndole trabajo en California. Ella obviamente aceptó, y esa fue una gran señal para mí, fue algo providencial que me hizo ver todo claro, más claro imposible. Ahí sí sentí, uff, esto es maravilloso, esto va en serio… Y cuando finalmente se mudó para acá y pude verla todos los días, cada instante que pasaba tiempo con ella, yo sentía que el corazón me reconfirmaba que sí, que era ella… ¡Qué puedo decirte! Cada vez que la miro, me derrito. Y ella lo sabe, porque ¡cada vez que la veo le doy un abrazo que parece que no la he visto en un año! – dice partido de risa bajo la mirada de María, que asiente con mucha simpatía.
– ¿Planeáis tener hijos pronto?
– ¡Si Dios quiere, sí!
– ¿Os gustaría tener una familia numerosa como las vuestras?
– Los niños son como las flores, muchos nos parecen pocos…
– ¿Cómo fue el instante de darle el anillo?
– ¿Cuánto tiempo tienes? –bromea, sabiendo que va a contarme una gran historia- Fue algo GRANDE. Quería hacer algo súper especial, que hiciera palidecer cualquier tipo de plan que hubiéramos hecho hasta el momento, una gran finale para nuestro noviazgo… Que el resto de nuestra vida echáramos la vista atrás y pudiéramos decir UFF, aquél fue un gran día. Así que urdí un plan que incluía: un helicóptero privado, una isla, una iglesia muy particular, volar a toda su enorme familia desde Delaware a California y, además de todo, quería que fuera una sorpresa total, que nunca, para nada, lo viera venir. Así que empecé paso a paso.
María sabía que hacía poco había estado filmando en la isla de Santa Catalina -una isla en el Pacífico cerca del sur de L.A.- a la que me trasladaron en helicóptero. Eso sucedió unas tres semanas antes del día que yo tenía planeado darle el anillo… Así que mandé un texto a un grupo de amigos (entre los que estaba ella) y les dije: “Chicos, ¿sabéis qué? ¡me dejan que utilice el helicóptero del rodaje un día más! Tengo un día extra, vamos a usarlo, quién se apunta, puede ser el día tal o tal…” Mis otros amigos, que ya estaban sobreaviso, me siguieron el juego. María contestó inmediatamente: ¡No puedo! Tengo trabajo en el colegio, imposible. Así que, sin que ella lo supiera, llamé a su maestra suplente y le dije que le pagaría el doble, pero que por favor, no fallara y estuviera disponible ese día para substituir a María. Así que primer problema solucionado.
Lo siguiente: reservar el helicóptero, para que nos llevara a Santa Catalina y después, a la iglesia donde quería proponerle matrimonio, la histórica Misión de San Juan Capistrano. Así que le pedí a otro amigo que por favor le mandaran un texto a María preguntándole si queríamos ir con ellos a ver una ermita muy bonita e histórica. Como ella todavía no sabía que yo ya tenía a la maestra preparada, les contestó: “¡Me encantaría! Pero imposible, tengo escuela…” Pero ya estaban sembradas en su mente las dos ideas, una excursión de amigos por la mañana y la visita a la misión por la tarde.
Ya que el día se iba acercando, yo me puse pesadísimo: no vayas a la escuela, falta ese día, no te pierdas la excursión, es una ocasión única, bla bla bla hasta que le convencí. Y ya que me dijo que sí, que vendría… Entonces fui corriendo a comprar el anillo, volé a Delaware a pedir la mano de María a su padre para cumplir con esa tradición, y finalmente llegó el gran día.
Ella salió de su casa a las seis de la mañana, venía a la mía para después volar a las nueve de la mañana a Santa Catalina. Me faltaba quitar de en medio a los que se “supone” iban a venir con nosotros sin que ella sospechara nada. Le llamé al coche cuando venía conduciendo, haciéndome el disgustado… “¿Ya saliste? Uff, no sé, no sé si cancelar, bueno, si ya estás de camino, ven para acá y vemos qué hacemos”. Al llegar le dije que nuestros amigos habían cancelado, que uno de sus hijos se había puesto enfermo y que éramos sólo ella y yo. Entonces me dijo, “Pero yo quiero ir… ¿Nosotros si vamos, no?” Y yo pensé para mis adentros: ¡Como para no ir, con la que te tengo liada jajaja!
Así que llegamos al helicóptero, volamos a la isla y pasamos uno de los mejores días de nuestras vidas. Almorzamos en un sitio precioso sobre el agua, hicimos juntos fly boarding sobre el océano, fue un día absolutamente increíble. Al caer la tardé, pretendí que me habían escrito nuestros amigos. “Parece que su hijo está mejor, que si les vemos esta tarde en la ermita… ¿Te apetece que vayamos?” Me dijo que sí y para allá nos fuimos.
Yo tenía amigos que estaban asegurándose de que todo estuviera bien en la capilla, que no hubiera nadie, que todo saliera como estaba planeado, pero al llegar, me quedé sin cobertura en el teléfono, ni salían mis mensajes ni entraban los de ellos…. No sabía si estaba todo listo, así que metí a María en la tienda de regalos… Y menos mal que hice eso, porque al parecer habían llegado autobuses con turistas y había cuatrocientas personas visitando la capilla jajaja… Y ellos NO VENGAS, NO VENGAS, y luego VEN, VEN… Yo, como no recibía nada, estaba ahí atrapado en la tienda con María comprando cosas, hasta que me decidí a llamarles, disimulando porque María estaba a mi lado: “Hola, ¿ya estáis aquí?” y ellos: “¡CORRE, CORRE, ESTA VACIO, AHORA O NUNCA!” Así que colgué el teléfono, hice que María dejara todo lo que llevaba en los brazos a punto de pagar, le agarré de la muñeca y salí corriendo tirando de ella hasta llegar a la misión… En el minuto de entrar en la capilla, noté que el corazón me empezaba a latir tan rápido que parecía que se me iba a salir del pecho. Pensé que, literalmente, el pecho me iba a explotar. El día había sido tan bonito, tan perfecto, tan fácil, me lo había pasado tan bien con ella y estaba tan y tan feliz, que casi se me había olvidado que iba a darle el anillo… En ese momento, la realidad me pegó en la cabeza como un ladrillo… Empecé a temblar como loco de los nervios que me entraron.
Hago un pequeño inciso para contarte que ella, por mi cumpleaños, me había regalado un sobre en el que había escrito: El día de tu veintiséis cumpleaños puede que sea el más feliz de tu vida, pero este fue el mío. Y dentro, el sketch que un amigo dibujante que estaba presente en nuestra primera cena en Nueva York, había dibujado de nosotros y de aquel instante… Volviendo a la capilla, yo en ese momento le entregué ese mismo sobre pero, por detrás, le había dibujado una flecha y escribí: tú me dijiste aquí cuál había sido el día más feliz de tu vida, ahora deja que te diga cuál es el mío. Abrió el sobre, dentro estaba el mismo dibujo pero escrita por detrás estaba mi carta pidiéndole que se casara conmigo. Le hablaba de todas las cosas maravillosas acerca de nuestra relación que me habían traído hasta el día de hoy, siete de octubre de 2016, el día en el que te pido que te cases conmigo…
Empezó a llorar como loca… -recuerda riendo-. Yo había visto un video, gracias a Dios, donde lloraba así, era el día que ganó Miss Delaware. Créeme que su llanto no es un happy cry, parece que le estuvieran pegando con un puño en el estómago… Y cuando empezó a llorar así, como si no hubiera mañana, pensé ¡uff, menos mal que vi aquel video, porque sino parece que fuera a decir que no…! -recuerda con mucha simpatía.
-Pensaste en algún instante, ¿y si me dice que no?
– No, jamás… Hubiera apostado hasta el último céntimo de mi cuenta que me iba a decir que sí.
– Así que mientras ella lloraba, tú que hacías…
– Le dije, “María, espero que sepas que en algún momento voy a necesitar una respuesta verbal. ¡Aún no has dicho que sí!” Y ella contestó llorando, Yeah! Yeah!… jajaja… Saqué la caja con el anillo de pedida, pero no podía sacar el anillo, me temblaban tantísimo las manos de los nervios que le dije, perdón María, te lo vas a tener que poner tú, porque si lo agarro yo, se me va a caer al suelo…
– Y a todo esto… ¿Dónde estaba vuestra familia?
– A veinte minutos de allí. De camino a la cena, María estaba como loca tratando de localizar a su familia para darles la noticia y nadie respondía. Cada vez estaba más disgustada, “¡con tantos que somos, ¿por qué no me contesta nadie?” Y llamaba a sus padres, primero a un hermano, luego a otro, y nada… Yo echaba más leña al fuego: parece mentira, un momento tan importante para nosotros y que nadie te haga caso, ja ja ja… Finalmente, llegamos al lugar donde mis padres nos estaban esperando. María no esperaba verles y se puso feliz… Pero le dije: te tengo una última sorpresa. Abrí una puerta y aparecieron sus padres. Ahí empezó a llorar desconsolada de nuevo… –recuerda muerto de risa- Le dije, uy, no perdón, que aún hay una sorpresa más: Volví a abrir la puerta y aparecieron sus siete hermanos… Ahí ya la emoción, para todos, era incontenible…
Mi más sincera enhorabuena a María Cahill, David Henrie y a sus dos maravillosas familias al completo. Os deseamos toda la felicidad del mundo en este año 2017 en el que formaréis un hermoso hogar, de eso no tengo duda. Y ya sabéis, volved cuando queráis: Mi casa, su casa. El Blog de Los Angeles, your home.
Vestuario: Eight Field of Freedom
Reloj: Bell & Ross
Entrevista/Fotos: Nunu para NUNU PICTURES
Peluquero: Angel Raúl Ferravi
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El short film de David Henrie:
Agradecimiento especial a Jaime Hernández por su colaboración.
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Que lindo dia para comprometerse el Dia 7 de Octubre, se celebra Bienaventurada Virgen Maria del Santisimo Rosario. Una fecha hermosa. Que Mama Maria, interceda por su relación. Muy bonita su historia, de amor.