MARTA CARRIEDO: LA BLOGGER ESPAÑOLA RENACE DE SUS CENIZAS

Marta Carriedo es la blogger española de moda, sí señor, y aunque esta semana ha ocupado las noticias del corazón a raíz de la ruptura de su compromiso con el futbolista mexicano Jonathan Dos Santos, a esta simpática madrileña no hay quien le borre la sonrisa. Lo que tenía que decir acerca de la ruptura, ya lo dijo en un espontáneo y sincero video que colgó en su canal de youtube. Pero… ¿Sabes quién es realmente la mujer que se esconde tras la carismática personalidad de Marta Carriedo? Hoy nos lo cuenta en exclusiva para nuestros lectores del Blog de Los Ángeles.

Para empezar, que nadie se deje engañar por su hermosura y los tópicos: esta belleza de treinta y un años es licenciada en Economía. Realizó las prácticas como auditora en la prestigiosa Pricewaterhousecoopers, pero su espíritu sumamente creativo entendió rápido que esa vida no le llenaba. Cambió de tercio y fue product manager de la empresa de joyería Aristocrazy. Ya había empezado entonces su blog de moda los fines de semana, como un hobby. Con una vieja cámara de toda la vida, su madre le tomaba algunas fotos de sus looks y ella las subía cuando buenamente podía. Después de tres años como empresaria independiente, Marta Carriedo no sólo triunfa hoy en las redes y en su canal de youtube, es también presentadora de televisión y su simpatía y carisma no hacen más que elevarla día a día como la espuma.

– Marta, en apenas cinco años desde que empezaste a tontear con la moda, has triunfado a lo grande. ¿Qué es lo que más te gusta de ser blogger?

– Poder viajar sin fin. Me encanta conocer culturas, gente diferente… Me encanta hablar con las personas, crecer con ellas, aprender algo de todo el mundo, es lo más fascinante para mí.

– ¿Cómo llegaste hasta Los Ángeles?

– Noté que Los Ángeles empezaba a crecer hacia el mundo laboral al que yo apuntaba. Además, para mis fotos y mis videos el tema del clima era fabuloso, siempre sol y cielos azules. Elegí California básicamente por eso… Hablaba el idioma y ya tenía aquí buenos amigos de España.

– ¿Echas de menos a tu familia?

– Les echo muchísimo de menos, especialmente estas semanas, que han sido más difíciles de lo normal como te podrás imaginar… Así que, justo en estos momentos, más que nunca… Mis padres siempre me han apoyado en todo, no me han cortado las alas nunca, aunque siempre he sido una chica muy independiente, desde niña. Pero sí es verdad que cuando atraviesas crisis más o menos graves en tu vida, como lo que me acaba de pasar, es cuando más les valoras y cuando más echas de menos tener cerca a tu familia…

– ¿Qué es lo más bonito que alguna vez te hayan dicho tus padres?

– Además de “te quiero” todos los días… Lo más bonito de mi vida fue el momento en el que decidí dejar mi trabajo para centrarme en el blog e intentarlo. Sabía que mi madre me apoyaría, pero mi padre me daba más miedo, es el más estricto de los dos… Entonces pasó algo que me dejó marcada para siempre. Me dijo literalmente: “Marta, te conozco porque eres mi hija. Tú en esta vida has nacido para mandar, no para trabajar para nadie, así que adelante, hazlo. Sabía que este día llegaría. De tu hermana no lo esperaba pero de ti sí, así que adelante, que gracias a Dios tu madre y yo tenemos la capacidad de seguir apoyándote”. No me esperaba para nada esa respuesta de mi padre. Me conmovió y siempre le estaré eternamente agradecida.

-¿Cuál es el mejor consejo que te han dado ellos?

– Siempre sé tú misma y sé humilde. No cambies nunca, ni ahora, con estos problemas que estoy atravesando, ni nunca. La gente que quiera estar contigo, lo hará porque te quieren como eres. No hay nada malo en ti, no haces mal a nadie, no hay nada que tengas que cambiar por otras personas, eres muy valiosa tal y como eres…. –Dice con los ojos llenos de lágrimas al recordar a sus padres en estos momentos de crisis para ella.- Siempre me han recalcado mucho lo de la humildad: un día estás arriba y otro abajo. Sé humilde siempre, no importa dónde estés ni cómo te trate la vida.

– Me consta que estás súper unida a tu madre, que es enfermera. ¿Qué es lo más importante que aprendiste de ella?

– De mi madre me sale la vena dicharachera, el estar siempre alegre, el querer estar todo el día en la calle, no parar quieta, hablar con todo el mundo, en el uber, en la cola del súper, en el restaurante… -y recuerda atacada de risa:- ¡En el avión! Figúrate todo lo que viajo. Cada vez que me siento en una avión miro al de al lado y le digo: “¡No sabes la que te ha caído, majo!” Si veo que tienen cara de muy bordes, me callo, pero si no, no hay quien me frene y ahora gracias a eso tengo muy buenos amigos por el mundo que he conocido en los aviones.

– ¿Cómo es tu padre?

– Tiene mucho carácter. Pero lo mejor de él es que es muy luchador, muy constante, muy trabajador. Siempre me ha dicho: Si quieres algo en la vida, tienes que luchar por ello, nadie te va a regalar nada. Si quieres jugar a la playstation, tienes que estudiar tres horas. Si quieres que te compre la Game Boy, tienes que aprobar todos los exámenes. Así hemos aprendido el valor de las cosas desde niñas mi hermana y yo, que en la vida todo hay que ganarlo y el esfuerzo tiene su recompensa. Es justo lo que más valoro ahora de él, que siempre fuera tan estricto con nosotras, en el mejor sentido de la palabra. Otro gran consejo que un día me dio mi padre y trato siempre de seguirlo es este: Marta, nunca pidas favores a nadie, que nunca estés en deuda con nadie, intenta hacer todo por ti misma aunque tardes más tiempo en llegar a tus metas, deber favores te puede salir caro a largo plazo.

– ¿Cómo es la relación con tu hermana?

– Es menor que yo, tiene veintiocho años. Es mi defensora número uno y yo la de ella. Siempre estamos ahí la una por la otra, aunque no hablemos a diario. Mi hermana es opuesta a mí, por eso nos llevamos tan bien. Es más casera, introvertida, a mi la casa me come, no puedo estar bajo un techo…

– ¿Cómo es el corazón de Marta?

– Uy, ahora sí que la hemos liado, entramos en terreno pantanoso… ¡Uff! –dice secándose unas lagrimitas que delatan los momentos vulnerables que atraviesa justo en estos días.- El corazón de Marta es SUPER sensible. Está totalmente abierto, no tiene ni una llave, ni un candado, ni un caparazón… Está totalmente abierto, tal cual, a todas las personas, a todo el mundo, a todo lo bueno y, por lo tanto, también a todo lo malo… Por eso soy tan sentimental, todo me afecta muchísimo, todo lo siento a flor de piel, lo bueno y lo malo. Y en lo malo, lo paso muy muy mal.

– En tus videos, en tu blog, también eres un libro abierto… ¿Te ayuda compartir todo con tus seguidores?

– Sí. Definitivamente y ahora no sabes cómo me ayudan a superar estos momentos. Es una cosa difícil de entender si no lo vives, lo sé… Pero se han convertido en algo como una segunda familia para mí. No sé cómo explicarlo, es como si tuviera un bebé de tres años, que es lo que lleva el blog independiente, y mis seguidores han crecido conmigo… De verdad. Cuando he estado tan mal, con esta infección que me dio hace unos días porque del stress las defensas me bajaron a tope y sentía que no podía ni levantarme de la cama… Si me decía una mañana: hoy no me muevo, era empezar a leer los cientos de mensajes tan bonitos que me ha mandado la gente de cariño y apoyo después de lo de Jonathan… Tenía tantos mensajes tan preciosos que decía, va, Marta, parriba, hazlo por ellos… Así que sí, de corazón, me ayuda mucho el apoyo de mis seguidores. Ellos lo saben, porque se lo digo a diario. Hemos creado un ambiente muy bonito, de good vibes only…

– Siempre dices que la fe en Dios es algo muy importante para ti…

– Sí, es un regalo de mis padres. En la familia de parte de mi madre, hemos conocido experiencias místicas importantes de personas muy cercanas a la muerte que me hacen creer a ciencia cierta que hay algo más allá. Creo en un mismo Dios que está detrás de todas las religiones, por más que se digan diferentes. Creo que más allá hay un Padre de todos que nos ayuda. Cuando voy a misa y apago el móvil, de repente siento algo increíble en el corazón y es el momento en el que más feliz estoy de toda la semana… De pronto, mi alma está en paz, mi corazón está en paz…

– ¿Qué te da paz de la fe?

– Hacer oración. No rezar repitiendo frases… Hablar con Él en mi corazón. Mis padres desde niña me enseñaron que no debía rezar por cosas como Dios mío, que apruebe el examen; Dios mío, que me toque la lotería… No, más bien, Dios estate conmigo en el examen para que esté tranquila; Dios, acompáñame a esta reunión de trabajo para que me salga bien que es importante para mi. Lo que me da tranquilidad de tener fe es que en los momentos que dedico a la oración es cuando más feliz estoy y más tranquila. Todo lo que me ha pasado en la vida, todo lo que me está pasando, con mi confianza puesta en Él, sé que es por algo bueno a largo plazo, aunque de repente no lo entiendas y que todo tiene un porqué aunque en la tristeza no lo veas. Siempre, en general, actúo por fe y me consta que la fe mueve montañas.

– Si vuelves la vista atrás y pudieras dar un consejo hoy a la Marta que fuiste a los quince años, ¿qué le dirías?

– No quiero sonar muy flipada, pero no le diría mucho… Porque me gusta mucho cómo era y cómo es hoy. Siempre he hecho las cosas con buena intención y desde el corazón, siempre he querido a ayudar a todo el que he podido. Eso sí, me han llovido palos por todos lados, amigos, parejas y colegas. Pero no importa, creo que soy como debo ser. ¡Bueno! Una cosa sí le diría… Intenta ser más fuerte… –y se llenan los ojos de lágrimas-. ¡Lo está siendo esta semana! –se dice con simpatía a ella misma-. Como le decía el otro día a mi amigo, con estos días tan difíciles que he pasado…. ¡¡Estoy llorando por fuera pero por dentro me estoy aplaudiendo!! Jajaja…

– ¿Qué te falta por aprender?

– Ser un poco más fría. Ser más fuerte. Que en mí mande más mi mente que mi corazón. Eso sí le diría a mi niña interna: No seas tan visceral, Marta… Que mande un poquito esa cabecita también.

– ¿Y qué crees que es lo más importante que has aprendido hasta ahora?

– Que mi vida es un tren que va solo y que no es de una sola dirección. Mi tren cambia de ruta, de vía, se descarrila… No todos mis amigos lo han entendido, es más, casi nadie de mi entorno entendía qué estaba haciendo con mi vida… Pero curiosamente ahora muchos amigos vuelven, me piden ayuda, me dicen que ayude a promocionar las cosas de su familia… Lo que más me ha dolido aprender, lo que para mí ha sido más difícil creo, es el superar que las cosas no son para siempre. Si eras mi amigo, yo pensaba que éramos amigos para siempre; si eras mi novio, yo ya creía que ibas a ser mi pareja para siempre… Y no… La vida son etapas y hay que fluir con ellas: cada uno tenemos un camino y unas veces te acerca a unas personas y otros momentos, te separa de otras. Hay personas con las que quieres avanzar en un momento, pero de pronto te das cuenta que no viven como tú crees que hay que vivir y lo respetas y cada quien sigue su camino…

– Hoy por hoy, ¿te arrepientes de algo?

– No tanto… Por ejemplo, como nunca he bebido, las tonterías que he hecho las he hecho de forma bastante consciente. Y aunque puedo parecer muy alocada a veces, en las decisiones importantes siempre pienso bastante las cosas. Lo que sale bien, sale bien. Y lo que sale mal, son lecciones, aprendes de ellas y punto.

– ¿Cuál es tu mayor virtud?

– Ser muy sociable y muy alegre. Mis seguidores me dicen, ¡cuánta alegría transmites! Hasta estos días, ¿cómo es posible que estés tan mal como estás y transmitir esta alegría? –dice con una carcajada, como riéndose de ella misma.

– ¿Cuál dirías que es tu peor defecto?

– Algo que mi padre me ha dicho siempre: ser demasiado confiada. Confío totalmente en las personas demasiado rápido, en todo el mundo, a la primera. Conozco a alguien y digo: ¡Dios mío! ¡Va a ser mi íntimo amigo, lo sé! Y no… Y no.

– ¿Qué hay que tus seguidores no sepan de ti?

– Que soy una llorona. Se creen que soy mucho más fuerte de lo que soy. Claro, también trato de transmitir eso, hay cosas muy graves pasando en el mundo que son verdaderas tragedias, sólo falta que yo salga a quejarme de cosas que me pasan a mí. Cuento las cosas, porque no me gusta esconder nada. Pero lo que no creo que saben, es que mi primera reacción ante los disgustos es llorar como una magdalena… Es algo inmediato e instintivo. Creo que con eso me desahogo. Después ya digo, ¡Ay Dios, qué a gusto me he quedado!… A ver, ¿qué ha pasado?, ¿de verdad es tan grave? Luego, con el tiempo, nada es tan grave. Así que como soy cero agresiva, de enfadarme, gritar, insultar… Cuando me pasa algo malo, lo primero me largo a llorar y después razono. ¡Pero no sabes cómo lloro! De hipitos y todo. Pero vamos, que esos momentos me los guardo para mí, por eso creo que mis seguidores no lo saben, no creo que yo deba estar en las redes para dar pena precisamente… Ahora ha pasado esto de la ruptura de mi compromiso y, francamente, es una faena con mayúsculas. Pero qué vas a hacer. Son cosas que pasan.

– ¿Qué es lo que más te está gustando de tu vida en LA y qué es lo que menos?

– Me encanta que ha supuesto mucho crecimiento personal para mí. Estoy aprendiendo a ser más dura y me he dado cuenta de que soy más fuerte de lo que pensaba, especialmente después de todo lo que estoy pasando estas semanas. Nunca había estado tan lejos de mis padres tanto tiempo y estoy aprendiendo que al final, en la vida, estamos todos solos. Me encanta estar sola, más bien me refiero a aprender a sentirte sola de vez en cuando y ver que sí, que sí se puede y que no pasa nada. Lo que menos me gusta es que esta soledad de esta ciudad me acaba un poco consumiendo, pero estoy teniendo la suerte por otro lado de estar haciendo amigos formidables. Hace cien años esto era un desierto y aunque haya crecido una ciudad sobre él, sigue siéndolo, aunque esté llena de casas: esa sensación me da a veces esta ciudad de Los Ángeles…

Gracias Marta, te deseamos toda la suerte del mundo en tus próximas aventuras. ¡Recuerda que ésta también es tu casa! Aquí te esperamos con los brazos abiertos cuando quieras volver.

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Entrevista/Fotos: Nunu para NUNU PICTURES

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