Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas…

Así canta el célebre verso del poeta español, queridos angelinos del Blog de Los Angeles… Y así me gustan a mí muchas prendas de ropa: ¡verdes! En su infinidad de tonos, verde agua, verde militar, verde esmeralda… Por lo general, TODOS favorecen. A mí me gusta especialmente, porque creo que resalta el tono de mi piel y mis ojos, así que yo, cuando puedo, me apunto al VERDE.

En estos días raros de comienzo de las vacaciones de verano, en los que a veces el sol sale y se quita, que hace un calor tremendo por el día y al anochecer sopla el viento frío de la sierra o te refresca la brisa del mar; que igual te asas un minuto al sol y al siguiente te mueres de frío, cuando te metes en el coche de un amigo a quien le chifla el aire acondicionado y pasas en un instante de la temperatura del trópico a la del Polo Norte... Pues justo ahora es cuando llegan los catarros absurdos y ese  ¿pero por qué estoy enferma con el calor que hace?  Yo peleo con esos cambios de tiempo de la manera más cool.

El truco es escoger un chal o shawl, como dicen en inglés, y convertirlo en nuestro mejor aliado…. Ten uno cerca y cuando llegue el fresquito, cuando huya el sol llevándose el calor como un bandido, refúgiate dentro de él igual que harías con una manta.

En mi caso, hoy escojo uno de la marca Gucci, de suave textura de lana y seda. Como decía antes, el verde suele favorecer mucho. Da color, vida y alegría a tus looks, por algo le llaman el color de la esperanza.  Este modelo en especial ya llevaba tiempo en mi armario, pero si no tuviera este, me chifla el nuevo rosa de esta temporada, que es un color súper veraniego además. Puedes verlo en este enlace, incluso comprarlo on line:

GUCCI SHAWLS

Para las uñas escogí un tono burdeos de OPI. Otra idea que queda muy bonita es llevar la manicura a juego con el color del chal. A mí no me dio tiempo de encontrar este tono de verde, que es difícil porque tiene cierto brillo un poco tornasolado y a veces tira a verde y otras a azul… Así que por eso me decanté por el rojo burdeos, que combina con casi todo, siempre es elegante y con él rara vez te equivocas.

Como se aprecia en las fotos, el viento luchaba contra mi pelo y era molesto porque me tabapa la cara. Pero la cosa tuvo fácil solución: como comenté en el post anterior utilizamos la tencencia del Hair Tuck y listo. Dejamos el pelo por dentro y, además, me proporcionó un extra de calorcito a la caída del sol.

Gracias a este truquillo del chal, aguanté al anochecer después de una tarde de tormenta de verano en la montaña y nos quedamos a ver el precioso atardecer junto al lago. Nada como disfrutar del golden hour en todo su esplendor y, bajo la lente de Nunu, llenarnos de inspiración para nuestros próximos posts.

Un saludo muy cariñoso para todos los lectores del Blog De Los Angeles, ¡no olviden suscribirse! ¡compartan en sus redes, por fa! y ¡GRACIAS POR VOLVER!

Fotos: Nunu para www.nunupictures.com

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