PATTY MANTEROLA Y FORREST KOLB EN FAMILIA

A mí me encanta la familia Kolb. Patty Manterola y su esposo, Forrest, se enamoraron hace ocho años de un flechazo fulminante, a los pocos meses de conocerse se casaron y antes de que a mí me diera tiempo a parpadear dos veces, ya estaban criando estos maravillosos muñecos a los que prácticamente he visto nacer. De verdad que el tiempo vuela. Cuando este trío de traviesos me abre la puerta de su casa para lanzarse a mi llegada a darme abrazos, se me cae la baba. Al pensar en una entrevista para celebrar Mother´s Day con vosotros aquí en el Blog de Los Ángeles, pensé, UFF, Patty rules. Así nació este nuevo post y nuestra conversación acerca de cómo ser mamá y no morir en el intento. Y eso que Lucca, su primogénito, y los mellizos, Alesso y Matteo, se portan muy bien pero OJO, tener tres hijos en dos años es para parejas muy valientes o muy enamoradas… Gracias a Dios, en Patty y Forrest ambas cosas se dieron a la vez.

– Patty, ¿qué ha significado para ti la maternidad?

– La maternidad es el mejor regalo que he recibido en esta vida. El mayor aprendizaje que me ha enseñado quién soy, en las buenas y en las malas. Las emociones más intensas de mi vida, las he vivido al ser mamá.

– Se dice que no hay nada más tierno que el corazón de una madre…

– Totalmente de acuerdo, el amor incondicional lo experimentas al tener hijos de una forma que jamás imaginaste, tu corazón se expande de una forma impresionante. Nunca antes había sentido mi corazón tan grande como cuando me pusieron a mis hijos en los brazos.

– ¿A quién se parecen más los niños?

– Matteo el más parecido a mí, tiene un carácter fuerte y decidido y, a veces, le cuesta tratar con sus emociones. Yo era así de niña, entonces me identifico mucho con él y le estoy dando las herramientas que yo he aprendido a lo largo de mi vida para manejar ese carácter fuerte ya desde niño y ayudarle con eso. Alesso es como su papá, ¡todo está bien en la vida! Todo fluye, le sonríe al mundo, es feliz, independiente… Lucca está justo en el medio, con mucho de su papá y de mí, tiene muy buena mezcla. La verdad, es increíble como son completamente diferentes entre sí los tres.

– Se dice que entre los hijos no hay favoritos… ¿Tú qué opinas?

– Lo que es verdad es que el amor de madre, como tal, no tiene comparación entre un hijo u otro. Es un amor universal, te conviertes como en uno mismo, en uno solo, no hay diferencia… Pero si ya sale del corazón y se va a la cabeza, entonces, según en qué momento, puedes sentir más afinidad con uno que con otro… Pero es en un plano más del ego y la personalidad, el amor del corazón como tal, en esa parte no hay diferencia, es algo absolutamente incondicional, no se puede comparar y es igual de grande e inmenso para cada uno de ellos.

– Educar a los hijos no es nada fácil… ¿Te ha resultado difícil poner límites?

-No me ha costado trabajo –dice riendo- Eso se me da bien… Lo viví en mi casa, siempre me enseñaron que había reglas y límites para vivir en convivencia y ser mejor ser humano, para poder relacionarte mejor con la vida, el mundo… Tanto Forrest y yo somos buenos en eso, quizá a veces hasta nos pasamos un poquito. Ahora dicen que no hay que regañar a los hijos, que hay que ser sus amigos… Nosotros somos más old school, en casa hay que seguir las reglas, un orden.

– Tu mamá es una mujer estupenda. ¿Qué aprendiste de ella?

– Bien se dice que uno no aprecia a sus padres hasta que no tiene hijos… Ella era maestra de escuela, a mí y a mi hermanito nos hacía una escuelita al llegar a casa para que nosotros hiciéramos la tarea con ella. A mi me encantaba ese momento y ahora hago exactamente lo mismo con mis hijos. Me nace de manera natural. De hecho, Alesso y Matteo ya están leyendo y escribiendo, y cuando juego a la escuelita con ellos, al verme en ese papel, veo a mi mamá. También me sorprendo de pronto cocinando y diciéndoles, les estoy preparando la sopa que a mí me encantaba de niña, que me hacía mi mamá… Definitivamente, en el fondo de tu ser se quedan todas las enseñanzas que aprendiste de niño.

– ¿Qué te daba rabia de niña que no entendías y ahora entiendes?

– Yo odiaba no poder levantarme de la mesa antes de terminar de comer y ¿por qué tengo que comer verduras si no me gustan? Ahora que soy mama y sé qué es lo mejor para ellos, me veo repitiendo las palabras de mi mamá, “corazones, cómanse la verdura que es muy buena y necesaria…” Algo más profundo, es que mi mamá me enseñó a ser independiente, me dio todas las herramientas para valerme por mí misma. Me enseñó a coser, a cocinar, a cambiar un foco, pegar un cable, usar un martillo, cosas que parece que no son importantes y que de pronto, a lo largo de mi vida, me han servido muchísimo. Es algo que trato ahora de enseñarles a mis hijos, darles todas las herramientas para que sean independientes el día de mañana. También en el plano espiritual, les insistimos que no necesitan a nada ni a nadie para ser felices. Siempre me lo decía mi mamá: la verdadera felicidad sólo puedes encontrarla dentro de ti. Y si es algo que tanto Forrest como yo tratamos de enseñarles día a día.

– ¿Qué es para ti ser una buena mamá?

– El ser buena mamá, según yo, es hacer todo lo mejor que puedas con los recursos que tengas. Es muy difícil juzgar el papel de una madre, cada una sabe sus límites. De pronto hay mamás que tienen que trabajar y entonces tienen que estar parte del día fuera de casa… Yo he tenido la bendición de poder estar tiempo completo con mis hijos, pero es una bendición porque no todas las mamas pueden. Pero simplemente, que el tiempo que estén con ellos, ojala sí les dediquen una atención cien por cien, con esa intención de poder guiarlos. Que el tiempo que pasemos juntos sea de calidad.

– ¿Quá va a pasar el día que lleguen con una novia a casa? ¿Cómo será Patty, la suegra?

– ¡Ay sí, voy a ser la más feliz! Me quedé con las ganas de una niña… En mi corazón siempre hubo la intención. Ahora ni me lo imagino, ya salí de botellas, pañales, etc. y ahora que empezamos a tener un poco de paz, no me imagino tener que volver a eso. Cuando mis hijos traigan a sus novias, creo que voy a ser la más feliz de tener en mi casa y aceptarlas como hijas. Voy a ser súper buena onda pero con cuidado, porque no me gusta ser metiche, voy a ser cero la clásica suegra porque soy cero celosa. Dicen que la nuera se tiene que ganar a la suegra pero en mi caso será al revés, yo pienso ganarme a mi nuera. Desde ya me derrito, cuando Lucca me empieza a contar que le gusta una niña, o el otro día Alesso, cuando delante de mí le dio una flor a una nenita y le dijo que iba a casarse con ella… En lugar de celo, me da muchísima ternura y ¡un gusto! Que conozcan también esa parte del amor me hace muchísima ilusión.

– Patty, ¿Imaginas que hubiera sido tu vida si Forrest no hubiera llegado a ella?

– No me lo imagino. Le miro a los ojos y creo que nos conocemos de muchas vidas. No pienso que llegó a mi vida hace ocho años, llego hace mil, no sé como explicarlo, si acaso nos conocíamos de otras vidas y volvimos a encontrarnos… Pero de corazón te digo que no logro imaginar mi vida sin él, o haber creado una familia sin él. Todo pasó en el momento perfecto y, definitivamente, this was ment to be.

– Para una persona tan creativa como tú, con una carrera a tus espaldas, el cambio tan drástico de llevar una vida tan familiar en tan poco tiempo, podría parecer una gran atadura, me consta que puede ser abrumador. ¿Cómo lo estás llevando tú?

– Me estoy volviendo a adaptar. Cuando tengo un proyecto me lo aviento a fondo. Con mis hijos, obviamente me aventé a fondo y descuidé un poquito mi aspecto creativo, pero ya que mis hijos empiezan a entretenerse solos, a jugar entre ellos, a ir a la escuela y no tengo que estar cien por ciento con ellos, sí siento que necesito expresar mi lado creativo. Como sabes, ahora estoy a mil con mi nuevo sencillo, mi serie Renta Congelada, que empezamos a grabar ahora su segunda temporada, una película que grabo en unos meses… ¡Con ganas de comerme el mundo! Ya están saliendo cosas muy lindas de esa parte creativa que tenía tantas ganas de volver a reactivar.

– Tres hijos tan pequeños y tan seguidos, la casa es una batalla campal. ¿Cómo logras la armonía?

– Yo crecí en casa con un papá muy fuerte y él era de esas personas que levantaban la voz. Yo traté de hacerlo en algunos momentos, pero ni me salía del corazón, ni mis hijos me hacían caso –afirma riendo-. El caos era mayor y no iba con mis herramientas de vivir en paz. Le aprendí a una maestra de Lucca lo contrario: si quieres que un niño te ponga atención, en vez de gritarles, les susurras. Ahora, cuando veo que las cosas se salen de control en casa, dijo bajito… “Shhh” Inmediatamente todos se callan y se acercan para escuchar a mamá, automáticamente reaccionan sin pelea y les cambia la energía, escuchan. Lucca, tú siéntate allá, Matteo tú pinta acá, Alesso siéntate.… jajaja Si yo grito, ellos gritan más, ya me pasó, ya lo aprendí, no me funcionó. Así que esto de educar a los hijos es un constante aprendizaje, ves qué funciona y qué no. Energéticamente, ahora mi casa es puro hombre con cuatro varones, pura energía masculina. Eso me está obligando a mí a balancearme mucho más hacia mi lado femenino. Al ser esa mujer fuerte, independiente, empresaria, yo siempre he estado muy en paz y muy segura con mi energía masculina, que siempre la tuve muy presente. A la hora de poner orden en mi hogar eso no me funcionó, tuve que balancear mucho más la suavidad, más dulzura, para equilibrar mucho la energía tan varonil dentro de mi casa. Es algo que siento que ahora sí me está funcionando.

– ¿Qué es lo más bonito que te han dicho tus hijos?

– Los tres siempre: que están enamorados de mí, que se quieren casar conmigo, que soy la mujer más bonita del mundo… -Recuerda riendo-. Cada vez que me arreglo, que me maquillo, llegan corriendo, wow mom, qué bonito tu pelo, qué bonito tu vestido… También le han aprendido mucho a su papá, porque todo el día me besa, me dice qué linda estoy, que me ama, y los niños le ven y cuando sienten que tienen el chance, me lo dicen ellos. Me miman todo el día. Siempre que les pregunto cuánto me aman, me contestan que “más allá del infinito”. Las cosas más simples son las más especiales.

Entrevista/Fotos: Nunu para NUNU PICTURES

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