Después de unos cuantos años y unos cuantos viajes, no hay TANTAS cosas que consigan impresionarte al instante. Por eso, cuando me tropecé con la cuenta de Howard Leight y Rocky Oaks Estate Vineyard en instagram me quedé de una pieza… ¿Esto está en Los Ángeles? ¿Esto existe en Málibu? ¿Y yo NO LO CONOZCO? Así que le escribí a su propietario y le dije: “Hey! tengo un blog, Blog de Los Ángeles, y quiero escribir acerca de vosotros”. Lucky me, Howard Leight Jr. me contestó inmediatamente y me dijo que estaría encantado de recibirnos.

¿Qué puedo deciros de esta propiedad? Mejor, entrad a la galería a ver las fotos. Ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras. Al acercarme a mi reunión con Howard en Malibu Rocky Oaks, me di cuenta de que había pasado por su puerta infinidad de veces, conduciendo a través del maravilloso cañón de Kanan Road que une Málibu con un acceso a la autopista 101 cercano a Calabasas… En la cima de las famosas Santa Mónica Mountains, sobre la misma punta de una de sus volcánicas montañas, rodeada de vides como si la colina estuviera envuelta en sucesivas guirnaldas verdes, veía la casa y pensaba siempre que era como la guinda de un pastel. Así que ya ves: un día sueñas con estar ahí y otro día ahí estás, tan a gusto, viendo el paisaje. ¡Cosas de la vida y del poder creativo del pensamiento!

Al hablar con Howard Leight, porque debería ser obligatorio que más gente vea esta preciosura de sitio, le pregunté cuál sería para nosotros, mortales de a pie, la forma de poder disfrutar now and then de este fabuloso lugar y sus impactantes vistas… Seguid leyendo para averiguarlo, porque YES, YOU CAN! Además de ser el location más espectacular que yo he visto hasta el día de hoy en L.A., puedes alquilarlo para tu boda y montar un altar de ensueño sobre el helipuerto a la hora del sunset, o rentarlo para un fin de semana inolvidable con tu pareja y/o amigos, y hasta organizar alguna fiesta tan importante que decidas tirar la casa por la ventana… Aunque eso sí, estamos a dos mil pies de altura y aterrizaría todo hecho añicos.

– Mirando alrededor, absolutamente enamorada de este lugar… Howard, ¿De dónde ha salido “esto”?

– He vivido siempre en Málibu. Mi familia lleva viviendo aquí más de treinta años… Se dedican a  los negocios de bienes raíces. Cuando mi padre encontró esta maravillosa propiedad, que además tenía un permiso aprobado para levantar una vivienda, cosa muy difícil, casi imposible en Málibu, él supo ver la oportunidad y se hizo con el terreno. Después de construir la casa, pensó en venderla porque era demasiado caro mantener una propiedad como ésta. Así que un día me dijo: “Howard, o haces algo que nos resulte rentable, o hay que vender”. He tenido la gran fortuna de sacar adelante la marca de vinos de más rápido crecimiento en el sur de California y, de alguna forma, hemos sido pioneros en lo que ahora denominan la región vinícola de la costa de Málibu.

– ¿Fuisteis los primeros entonces en tener un viñedo aquí?

– Había otros viñedos a nuestro alrededor, pero nadie se había tomado el negocio en serio hasta ahora…

-El  nombre es muy musical, Rocky Oaks.

– Sí, se nos ocurrió en casa. Rocky, por el suelo rocoso que nos rodea; Oaks, por los wild oaks, las famosas encinas californianas que encuentras por todos lados en estas montañas. Nos gustó, sonaba cool.

– Así que lograste hacer algo útil con la tierra para que tu padre no la vendiera…

– Exacto. Empecé a embellecer la propiedad, a cuidarla, a socializar, a dedicarme a las vides y pronto comenzamos a sacar vinos de 91 puntos… Así que me fui involucrando más y más. Empecé a organizar pequeños eventos privados por aquí y por allá y hoy puedo decir orgulloso que nuestros vinos están ya en casi todos los supermercados de Ralphs. Ya tenemos puntos de venta también en New York, Miami y muy pronto en el Caribe. Así que estos vinos son como mis hijos… ¡Los estoy viendo crecer! Y está siendo un proceso muy divertido… Este año acabamos de recoger treinta toneladas de uvas. De aquí las transportamos a Napa Valley, más exactamente a Healdsbrug, una ciudad muy chic que está creciendo muy rápido en la industria del vino en el condado de Sonoma y ahí es donde se termina todo el proceso.

– ¿Qué hacías antes de dedicarte a esto?

– ¡Tantas cosas! Trabajé en una empresa de construcción, en un astillero naval y, lo creas o no, también fui piloto comercial de helicópteros y daba tours sobrevolando L.A.

– Y ahora VIVES en un helicóptero…

– Sí, jaja parece que sí… Además, ¿ya viste el helipuerto, verdad? Con esta propiedad, he hecho también de todo: soy granjero, constructor, especialista en social media… Soy muy creativo y  me gusta todo lo que hago, así que obviamente me queda poco tiempo libre para mí, pero como todo me encanta, el esfuerzo merece la pena.

–  Por curiosidad, de la gente que trabaja para ti en esta fabulosa propiedad… ¿Cuántos son latinos?

– La gran mayoría. Nadie más quiere hacer el trabajo duro, ya sabes. Así que llevamos trabajando con algunos de ellos más de veinte años, desde que mi familia se instaló aquí.  De hecho, mi padre tiene una compañía en México. A él le encanta escuchar cuando le dicen: gracias a Vd. hemos podido sacar la familia adelante, llevar a nuestros hijos a la universidad… Y ahora yo me siento un poco identificado, me hace muy feliz cuando veo que hacer crecer esta marca de vino significa que también estoy apoyando a muchas familias a soñar con un futuro mejor. Lo pienso y digo, wow… Hay algo más, más allá del glamour y de la fama… Estoy haciendo algo importante por estas familias. Todo cobra  más sentido gracias a eso.  Estamos a dos mil pies sobre el mar, mantener esta propiedad cuidada no es fácil, créeme. Valoro mucho a los latinos que están a su cargo. Ahora mismo, por ejemplo, tenemos empleados a seis personas a tiempo completo sólo para cuidar de ella… En la época de la cosecha, son más de sesenta.

– ¿Qué es lo que más valoras de los latinos?

– Su ética de trabajo. Son personas fuertes, nunca se quejan. Además, son divertidos. Jamás he tenido un problema con ellos, al contrario. Son mis mayores fans cuando hablamos del vino, son increíbles y me ayudan muchísimo. Valoro muchísimo todo lo que aportan a la empresa y a la comunidad.

– Antes me comentabas que hacéis fiestas privadas y también que habéis salido en varios shows…

– Sí, nos han visitado personas como Leonardo De Caprio, Sean Penn, Ryan Seacrest y muchos más, pero prefiero no nombrar a otros, porque aquí suceden muchas fiestas precisamente eso, privadas. Hemos salido también en series como Entourage, The Kardashians, etc.

– ¿Qué pueden hacer las personas normales y corrientes que, como yo, sueñen con visitar esta fantástica propiedad?

– Pueden apuntarse al wine club. Nuestras visitas y tour privados no son muy asequibles, los más económicos empiezan a partir de los cinco mil dólares. Pero si te apuntas a nuestro club de vino por un fee, no tienes que gastar una fortuna para visitarnos.

– ¿Cómo puede uno hacerse miembro?

– Entra a la website, mándanos una solicitud y ahí te enviamos la información.

– Tu padre es una persona muy inteligente, que ha hecho una fortuna con los negocios. ¿Qué has aprendido de él?

– A ser extrovertido y a cuidar bien de mis empleados. No hay mejor fortuna que tener un negocio familiar…

– ¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado?

– Con Malibu Rocky Oaks me dio total libertad para hacer lo que quisiera.

– ¿Cuántos hermanos sois?

– Tengo dos hermanos y una hermana.

– ¿Tienes novia? ¿Te gustaría algún día casarte y tener hijos?

– Sí, tengo una novia sueca y es la mujer más humilde que he conocido, algo muy importante para mí dado todo lo que me rodea. Yo soy medio sueco, así que me encanta que también compartamos nuestra cultura. Matrimonio… ¡uff! ¡Eso es algo muy serio! –exclama riendo-. De momento, tengo el lugar más bonito del mundo para celebrar bodas, jajaja...

– Y para terminar, ¿qué es lo que más te gusta de L.A.?

– El clima, por supuesto. También la ambición que conduce a las personas a tener éxito en lo que se propongan cuando vives aquí.

Pues sin palabras… Qué gustazo de casa. Yo, sin duda, se la compraría. Ahora sólo necesito los aproximadamente 65 millones de dólares que creo que costaba cuando la pusieron en el mercado… Vamos, ¡menudencias!

Os invito a que os hagáis miembros de su wine club para acudir a sus fiestas. Ver el atardecer a vista de pájaro con un vasito de rosé, nacido ahí mismo es, como decimos en España, una verdadera pasada. Thank you, Howard! Best of luck and come back soon to visit us here at Blog De Los Angeles

Fotos y entrevista: Nunu para www.nunupictures.com

Agradecimiento especial a Tamara Ovejero.

Os dejo con un anuncio de la marca Mercedes que se rodó en Malibu Rocky Oaks.

Aquí podeís visitar la website de Malibu Rocky Oaks:

Malibu Rocky Oaks State

Wine Club:

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